
Creemos que “la espiritualidad” es la experiencia vital de la acción de Dios, su paso por nuestras vidas, por cada cultura y cada momento de la historia. El Espíritu de Dios es quien da vida a la Iglesia y el que inspira en nosotros el amor y el seguimiento a Jesús, el que centra nuestra vida en Él.
El carisma y la espiritualidad de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca es un don de Dios para la Iglesia y para nosotros a través del carisma fundador del Hno. Isidoro.
Seguir a Jesús: Contemplando su paso en la realidad y dejándose afectar por ella.
Siendo testigos y mediadores de la Misericordia, en situaciones necesitadas de ser acogidas, acompañadas y transformadas, allí donde la vida es más vulnerable.
En actitud de sencillez y discernimiento y siendo la fraternidad el motor de nuestro apostolado, que marca nuestro ser y hacer desde la espiritualidad franciscana.
Acercándonos al hombre y la mujer vulnerable reconociendo su dignidad de hijos e hijas de Dios y sirviéndoles como al mismo Cristo, desde la experiencia de la coincidencia de la experiencia carismática del Hno. Isidoro con San Vicente de Paul.
Siendo siempre Casa y Familia que acoge, acompaña y transforma.